Hace apenas unos años los teléfonos móviles sólo servían como medio de comunicación para enviar o recibir llamadas y mensajes. Sin embargo, la tecnología avanza a un ritmo frenético y actualmente nuestros teléfonos móviles son prácticamente pequeños ordenadores donde podemos obtener cualquier tipo de información al instante.
Prácticamente todos/as los ciudadanos/as disponen de un Smartphone e, incluso, dos por motivos laborales. Este uso tan continuado nos lleva a estar continuamente en línea, conectados/as con el mundo virtual.
Además, durante la actual crisis sanitaria debida al Coronavirus (COVID-19), se ha incrementado considerablemente el uso de los dispositivos electrónicos, tanto durante el confinamiento como después de éste.
Por ello, cuando no es posible estar comunicados/as a través de las redes sociales o Internet, muchas personas se sienten perdidas y manifiestan sensaciones de ansiedad.
¿QUÉ ES LA NOMOFOBIA Y CÓMO SE MANIFIESTA?
El término nomofobia proviene de la expresión inglesa “no-mobile-phone-phobia”. Hace referencia al miedo irracional a no tener acceso al teléfono móvil o sentirse incomunicado/a.
La persona experimenta una sensación de angustia al sentirse incomunicada. Esta ansiedad se produce cuando no puede hacer uso de su Smartphone, ya sea porque no hay cobertura, no tiene batería o no le es posible por el contexto donde se encuentra.
Una persona con adicción al móvil se siente aislada del mundo cuando no puede hacer uso de él. Además, durante ese tiempo, siente que no puede dejar de pensar en el teléfono y manifiesta un deseo irrefrenable por tenerlo entre sus manos y volver a estar conectado/a.
¿CÓMO AFECTA LA NOMOFOBIA EN EL DÍA A DÍA?
Los síntomas de ansiedad característicos de cualquier fobia aparecen frecuentemente también en la nomofobia. Además, como ya vimos, utilizar el móvil de forma continuada antes de irnos a dormir puede conllevar dificultades en el descanso o insomnio.
La ansiedad de la nomofobia se relaciona con un fenómeno muy curioso denominado el “síndrome de la vibración fantasma”: la persona llega a sentir la vibración del móvil creyendo que le han enviado un mensaje, cuando en realidad no se ha recibido.
Asimismo, estar constantemente delante de la pantalla reduce la calidad de nuestras relaciones afectivas y sociales. ¿Cuántas veces observamos a una pareja cenar sin dialogar enganchados/as a su Smartphone o una reunión de amigos centrada en subir la mejor foto a Instagram? Y es que la dependencia que puede llegar a crearse hacia este tipo de dispositivos puede ser muy fuerte.
¿CÓMO ENFRENTAR LA NOMOFOBIA?
Las nuevas tecnologías nos proporcionan multitud de herramientas y oportunidades con un solo click. Esta facilidad es claramente un beneficio, pero el uso que podemos hacer de ellas puede no ser del todo adecuado.
En primer lugar, ante un problema de nomofobia sería aconsejable acudir a un/a especialista, para que pueda diseñar un tratamiento individualizado que garantice el éxito terapéutico.
Es muy importante controlar el uso que le damos al teléfono móvil. Es un dispositivo útil que podemos utilizar, pero sin que ocupe todo nuestro tiempo. Es fundamental aprender a desconectar, para no sentir esa dependencia al móvil y que no condicione nuestra rutina.
Aquí os dejo algunas recomendaciones por las que podéis comenzar a regular el uso de vuestro Smartphone:
1. Botón ON/OFF: ¿cuánto hace que no apagas el móvil? Recuerda que existe ese botón, prueba a desconectarlo y observar cómo te sientes.
2. Pacto en reuniones de amigos/as y familia: juntar todos los móviles y retirarlos de la mesa para poder disfrutar de la compañía. Podéis incluir normas como, por ejemplo, quien toque primero el móvil paga la cuenta.
3. ¡(Des)conecta!: es muy importante mantener la atención en aquello que estamos haciendo. Si estás estudiando, trabajando, comiendo, viendo una película, etc., conecta con esa realidad y desconéctate de la red.
4. ¿Y mi móvil?: actualmente vamos a todos los sitios acompañadas/os de nuestro teléfono. Podemos salir de casa sin él y, por eso, te propongo que comiences a dejarlo olvidado en pequeñas salidas como, por ejemplo, salir a por el pan, comprar el periódico, etc.
Por último, recordar que la nomofobia es una dificultad del siglo XXI, fruto de las grandes posibilidades que nos brinda la tecnología. En ese sentido, es importante hacer un uso inteligente de los dispositivos que disponemos y educar a las nuevas generaciones en dicho buen uso.
Desintoxicarnos digitalmente te permitirá mejorar tu salud mental y tus relaciones interpersonales, llegando a incrementar tu productividad y aumentar la sensación de control y bienestar.